Archive for the ‘ Poema ’ Category

Invictus

W. E. Henley (1849-1903)

-Fragmento-



De la sentida garra de la circunstancia

no he retrocedido ni me he quejado.

Bajo los golpes de la desdicha

mi cabeza sangra, pero esta erguida.


Mas allá de este lugar de cólera y lágrimas,

solo acecha el horror de la sombra,

y aun así la amenaza de los años

me encuentra, y me encontrará, sin miedo.


No importa cuan estrecha sea la puerta,

ni cuan cargado de castigos el manuscrito,

soy el amo de mi destino:

soy el capitán de mi alma.

En mi jardin

Sobre el césped los árboles me hablan

del divino poema del silencio.


La noche me sorprende sin sonrisas,

revolviendo en mi alma los recuerdos.


¡Viento! ¡oye!

¡espera! ¡no te vayas!

¿De parte de quién es? ¿Quién dijo eso?

Besos que yo esperé, tú me has dejado

en el ala dorada de mi pelo.


¡No te vayas! ¡alegra más mis flores!

Y sé, tú, viento amigo mensajero;

contéstale diciendo que me viste,

con el libro de siempre entre los dedos.


Al marcharte, enciende las estrellas,

se han llevado la luz, y apenas veo,

y sé, viento, enfermo de mi alma;

y llévale esta «cita» en raudo vuelo.


…Y el viento me acaricia dulcemente,

y se marcha insensible a mi deseo…

Gloria Fuertes


El amor

Paolo Cagliari conocido por:  El Veronés


Desmayarse, atreverse, estar furioso,

áspero, tierno, liberal, esquivo,

alentado, mortal, difunto, vivo,

leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,


mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,

enojado, valiente, fugitivo,

satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,

beber veneno por licor süave,

olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,

dar la vida y el alma a un desengaño;

esto es amor, quien lo probó lo sabe.

Lope de Vega


Cascada II

Como si tuviera diez almas sosteniendo el grito

Como si las pupilas del cansancio se abrieran lentas

Como si la plenitud de colores no fuera una

Tan espiritual en la eterna madeja

Tan profunda en el verde silencio

Tan poética y fantasmal entre mis pieles

Así

Tan así como mis cejas blandas

Tan como la luz, tan como el rocío

Tanto como el agua

Como el agua perfilando abriles

Como yo en la cascada sonriente de la noche triste.

Gabriela Bruckner

Ronda de colores

Azul loco y verde loco
del lino en rama y en flor.
Mareando de oleadas
baila el lindo azuleador.

Cuando el azul se deshoja,
sigue el verde danzador:
verde-trébol, verde-oliva
y el gayo verde-limón.

¡Vaya hermosura!
¡Vaya el Color!

Rojo manso y rojo bravo
rosa y clavel reventón?.
Cuando los verdes se rinden,
él salta como un campeón.

Bailan uno tras el otro,
no se sabe cuál mejor,
y los rojos bailan tanto
que se queman en su ardor.

¡Vaya locura!
¡Vaya el Color!

El amarillo se viene
grande y lleno de fervor
y le abren paso todos
como viendo a Agamenón.

A lo humano y lo divino
baila el santo resplandor:
aromas gajos dorados
y el azafrán volador.

¡Vaya delirio!
¡Vaya el Color!

Y por fin se van siguiendo
al pavo-real del sol,
que los recoge y los lleva
como un padre o un ladrón.

Mano a mano con nosotros
todos eran, ya no son:
¡El cuento del mundo muere
al morir el Contador!

Gabriela Mistral

La Luna

Paul Gauguin


La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir


Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas

Jaime Sabines

Paul Éluard

Toque de queda

Que íbamos  a hacer, la puerta estaba bajo guardia

Que íbamos  a hacer, estábamos encerrados

Que íbamos  a hacer, la calle habían cerrado

Que íbamos  a hacer, la cuidad estaba bajo custodia

Que íbamos  a hacer, ella estaba hambrienta

Que íbamos  a hacer, estábamos desarmados

Que íbamos  a hacer, al caer la noche desierta

Que íbamos  a hacer, teníamos que amarnos.

Versión de Luis A. Cano

Escándalo de olvido

Obra de : Malena Curchi

Te llevaré como la caracola
lleva el rumor del mar entre sus dedos,
laberinto de viento y de sonaja,
ruido de selva, escándalo de olvido.
Te llevaré como la estela
de los barcos, perfume de eucalipto,
incienso de jardín, brasa de espuma
que purifica el fuego, escapulario
contra las rocas de los malos sueños.

Porque tu cuerpo suena por mi cuerpo,
tu lengua por mi boca, tu mirada
por el bosque abrasado de mis ojos.
Y no te olvidaré. No. Nunca. Nunca.
Aunque la mar desate sus delfines,
aunque la noche cambie en mediodía,
aunque mi corazón se haga ceniza.

De «Campo de espuma»

JOAQUÍN BENITO DE LUCAS -1934-

La noche en la isla

Toda la noche he dormido contigo

junto al mar, en la isla.

Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño,

entre el fuego y el agua.


Tal vez muy tarde
nuestros sueños se unieron
en lo alto o en el fondo,
arriba como ramas que un mismo viento mueve,
abajo como rojas raíces que se tocan.

Tal vez tu sueño
se separó del mío
y por el mar oscuro
me buscaba
como antes,

cuando aún no existías,                                                                                                                                Javier Clavo
cuando sin divisarse
navegué por tu lado,
y tus ojos buscaban lo que ahora
-pan, vino, amor y cólera-
te doy a manos llenas

porque tú eres la copa
que esperaba los dones de mi vida.

He dormido contigo
toda la noche mientras
la oscura tierra gira

con vivos y con muertos,
y al despertar de pronto
en medio de la sombra
mi brazo rodeaba tu cintura.
Ni la noche, ni el sueño
pudieron separarnos.

He dormido contigo
y al despertar tu boca
salida de tu sueño
me dio el sabor de tierra,
de agua marina, de algas,

del fondo de tu vida,
y recibí tu beso
mojado por la aurora
como si me llegara
del mar que nos rodea.

Neruda

De mí no se dirá..

De mí no se dirá
que no presenté batalla.

Que ante paredes de acero.
no alcé ballestas

Que no fui al mar
de noche y a tientas.

Que en los restos no hallaron
mi alma enhiesta.

Que no encendí el fuego
que ahora se apaga…

Porque en la vida yo quise,
ser al muro, el viento

el sol, al agua
sombra y barricada.

De la lápida de mi tumba
ellos borrarán mi nombre.

De mí no se dirá
que no presenté batalla.

Mientras tú, entre las piedras
tus palabras guardabas.

Lucia Muñiz